«¡Todas estas son experiencias para poner en tu equipaje cultural!»

Escuché esta frase muchas veces cuando estaba planeando y eligiendo el proyecto de servicio voluntario europeo en el que ser voluntario, pero nunca entendí realmente a qué se refieren las personas cuando hablan de esto.

Pensaba en este bagaje imaginativo y luego todas las posibilidades de crecimiento profesional y aprendizaje formal y no formal en que iría en contra y que atesoraría para el futuro, manteniéndolos allí dentro de mi equipaje cultural.

Entonces, una tras otra, estas experiencias llegaron y el equipaje comenzó a tomar forma, y con gran sorpresa contenía no solo mis experiencias sino también el rastro indeleble de todas aquellas personas que compartieron estas experiencias conmigo con la suerte de poder enriquecer y cambiar mi punto de vista en una perspectiva multicultural y cada vez más abierta

Así, a lo largo de un año, por ejemplo compartí un piso con personas de Francia, Alemania y Rumania;
He trabajado con colegas de diferentes regiones de España y con otros de Rusia, Polonia, Eslovenia, Bulgaria, Mexico y Bolivia.
Conocí la cultura árabe y marroquí en el centro juvenil con los niños del barrio.
Durante los intercambios y formaciones, compartí mi tiempo y aprendí mucho con personas de Grecia, Albania, Marruecos, Polonia, Portugal, Macedonia, Bulgaria y Hungría.

Tuve la oportunidad de mantener todo en mi creciente equipaje cultural y es asì que gracias a una experiencia de voluntariado europeo, un equipaje cultural se transforma en un colorido y rico equipaje INTERcultural.

Alessandro
Voluntario en Cazalla Intercultural en 2019

Foto: Bagalio Cuturale (pintura de Antonio Gandossi)