Después de nuestra charla con Lucía Mbomío en la que hablamos de su libro Hija del camino, nos hicimos más conscientes que nunca de que a nuestras bibliotecas, lo mismo que le pasaba a la de Sandra –la protagonista de la novela– les falta melamina. Leemos aquello que nos llega, que vemos en las librerías y las bibliotecas, que nos recomiendan e incluso que nos obligan. Leemos aquello que la enorme bestia (como la llamaba Platón) o el canon (como lo llamaba Harold Bloom, de una manera mucho menos crítica) coloca en un lugar privilegiado. Pero curiosamente esas lecturas hablan de experiencias determinadas, experiencias que tienen el poder de representarnos a toda la humanidad, o bueno, eso se supone, porque la humanidad es diversa, porque hay experiencias que apenas se tratan en estas obras, porque cada vez tenemos más hambre, más necesidad de escuchar discursos distintos, de saber de experiencias distintas, de meter melamina en nuestras bibliotecas.

Te escribimos aquí alguna de las recomendaciones que Lucía nos dio durante la charla con nosotras. Esperamos que te sirva para que tus lecturas te ayuden a conocer el mundo.

Trifonia Melibea Obono

En las tinieblas de tu memoria negra, Donato Ndongo-Bidyogo

La hermana la extranjera, Audre Lorde

Nuestra hermana aguafiestas, Ama Ata Aidoo

Relatos y saberes de mujeres afroespañolas, Metamba Miago

Identidades asesinas, Identidades asesinas

Todo se desmorona, Chinua Achebe

Ser mujer negra en España, Desirée Bela-Lobedde

La estación de la sombra, Léonora Miano