Escrito por Sofía Martínez Perán, líder de grupo.
Caminar, montar en bicicleta, pasear en kayak, montar a caballo… Así empezó la aventura, millones de planes y dos semanas por delante. Y lo mejor de todo, las increíbles vistas que el río Ebro prometía ofrecernos. Y así fue, una gran experiencia rodeada de buenos momentos, pero también de deporte, mucho deporte.
Durante los primeros días comenzamos la travesía andando, atravesando lugares como Móra d´Ebre, Miravet, Benifallet y Xerta, zonas que nos ofrecieron increíbles vistas e inolvidables momentos. Además, también tuvimos la oportunidad de conocer más sobre su cultura y patrimonio, visitando algunos puntos turísticos como el conocido castillo de Miravet, desde el que pudimos observar los fantásticos paisajes que nos proporcionaba del río Ebro.
Tras esta etapa de senderismo, las bicicletas nos esperaban (y muchos kilómetros que pedían ser recorridos). Durante una semana y media este fue nuestro medio de transporte, nuestra fiel compañera con la que pudimos movernos con mayor facilidad de pueblo en pueblo. Y, como no, no todo iba a ser trabajo, sino que también fueron nuestras acompañantes hasta festivales como el de “San Juan”, que celebramos en Deltebre y en el que tuvimos la oportunidad de lanzar algunos farolillos chinos que contenían miles de deseos y sueños por cumplir.
Otro festival que tuvimos la suerte de celebrar fue el de Sant Pere, la fiesta local de Reus. Allí fuimos capaces de aprender más sobre su cultura y tradiciones, así como sobre las increíbles actuaciones pirotécnicas que año tras año nos ofrecen, incluyendo el famoso “Correfoc”.
Entre bici y bici, también tuvimos tiempo para montar a caballo, una experiencia que todos queríamos volver a repetir. Esto fue acompañado por un paseo en kayak por el río Ebro, en el que pudimos observar toda la naturaleza que le rodea bajo la luz de luna y sus millones de estrellas.
Vivimos muchas experiencias, conocimos muchos lugares, descubrimos los secretos del río Ebro, disfrutamos de mucho deporte al aire libre, pero lo mejor de todo fueron los participantes de los distintos países que formaban parte de este proyecto. Inglaterra, Eslovaquia y España, países muy diferentes unidos para la superación de esta aventura. Gracias a ellos, pudimos conocer más sobre sus vidas y culturas, sobre su idioma y su país. En esto consiste el espíritu de Erasmus +, ganar experiencia a través de una educación no formal junto a otros países, una gran oportunidad para conocer gente nueva y aprender.
Sin duda alguna, una experiencia inolvidable.
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